Este martes, la empresa constructora Boeing reveló un nuevo problema con el avión de fuselaje ancho 787 Dreamliner, que ha sido afectado por problemas desde agosto. La compañía dijo que algunos de los componentes del fuselaje de los aviones no se unieron para cumplir con las normas precisas, lo que hace levantar las dudas sobre el proceso de verificación para asegurarse de que cumplen con las normas.
No serían una amenaza
Desde la compañía aseguraron que trabajaron con la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) en el problema e identificaron una manera de arreglar los 787 que aún no se entregaron a los clientes, al tiempo que aclararon que los aviones 787 que ya están en servicio no necesitan ser puestos en tierra.
La FAA estuvo de acuerdo, diciendo que es consciente de un problema de calidad de fabricación y que «no representa una amenaza inmediata para la seguridad de los vuelos». «Basándose en los datos, la FAA determinará si deben realizarse modificaciones similares en los 787 que ya están en servicio comercial», dijo la Administración Federal de Aviación en un comunicado.
Boeing arreglará los aviones que aún no se entregan y los inspeccionará antes de su entrega. La compañía señaló que ese proceso llevará unas semanas. «Seguiremos tomándonos el tiempo necesario para garantizar que los aviones de Boeing cumplan con la máxima calidad antes de su entrega», dijo la empresa en un comunicado.
La compañía tiene unos 100 Dreamliners sin entregar. En abril dijo que esperaba entregar la mayoría de esos aviones durante 2021. Sin embargo, Boeing dijo este martes que no alcanzará ese objetivo debido a los problemas del 787. La empresa detuvo temporalmente las entregas del 787 el pasado mes de agosto y recomendó que un grupo de aviones quedara temporalmente en tierra para ser inspeccionados. Desde entonces, esos aviones volvieron a estar en servicio. Boeing también reanudó las entregas de los aviones en marzo.